Amanece el día gris, suena el despertador en el mobil de Dani...como siempre me despierta suavemente y yo, como siempre también, tardo en abrir los ojos.
Le miro y le sonrío, me encanta que me despierte...
Se está calentito debajo del nórdico y fuera comienza a chispear...pero es hora de levantarse y de desayunar.
Dani se levanta primero, se viste y sale de la furgo. Aunque en un primer momento me siento tentada a seguir durmiendo me levanto y me visto rápidamente.
Abro la puerta y como cada mañana al levantarnos, plegamos la cama juntos, montamos la mesa y preparamos el desayuno. Dani calienta la leche de avena y yo preparo los cereales y la proteína de chocolate. En los bols tiro unas cuentas nueces troceadas y preparo todos los utensilios.
En la otra furgo escuchamos como Carol y Jorge se están levantando también, hemos quedado a las 9'00h en la puerta, y justo hemos dormido junto a ella para ahorrar tiempo.
Con la puntualidad que le caracteriza David aparece a las 9'00 en punto, cargamos los petates y marchamos hacia Monreal.
Hoy vamos a bajar Diablozulo. Ha llovido mucho estas semanas y sabemos que bajará bien cargadito.
Llegamos al aparcamiento donde acaba el descenso y donde dejamos un coche, y con la Zuzen Van y la furgo de Carol, subimos hasta la pista donde se deja otro coche.
Dicha pista esta en bastante buen estado, hasta un punto donde ya comienza a romperse el terreno y no queda más remedio que aparcar a un lado.
Hacemos 657 maniobras para aparcar bien las dos furgos, hay otra furgoneta más aparcada, que por cierto me suena mucho. Y al ver los dos perros que hay dentro no me cabe ninguna duda; es la furgo de Guifre y Jenni.
Comenzamos la aproximación a pie por la pista y en subida. No es muy larga, poco más de 20' y ya estamos en el sendero de bajada.
Dicho sendero es un poco expuesto y algún que otro tramo está equipado con cuerdas.
Una vez en el cauce, nos cambiamos, equipamos y comenzamos el descenso.
Baja super bien de agua!
El agua está fresquita pero se puede soportar bien.
Como son rápeles muy seguidos, casi que ni recogemos las cuerdas.
Aunque desde arriba impresionan...
Jorge probando el petate de Caverland!
Llegamos al rápel largo.
Según las reseñas se necesita una cuerda de 40m, pero con una de 30m vamos sobradísimos, ya que el resto se puede destrepar fácilmente.
David, Carol y yo!
Mientras baja el resto, nosotros aprovechamos para hacernos una sesión de fotos..jeje
Ya estamos en la parte final del descenso.
Nos quedan tres rápeles más y estamos fuera...
Es super bonito con agua, y perfecto para practicar y como barranco escuela.
Lo hemos pasado genial, nos hemos reído muchísimo.
Ahora ya salimos por la izquierda, siguiendo un senderito y con cuidado de no pisar los campos en exceso, hasta los coches.
Nos cambiamos y mientras Daniel, David y Jorge suben a por los coches nosotros les esperamos en el pueblo tomando algo y pensando que hacer al dia siguiente...
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